martes, 13 de marzo de 2012

HERMOSA FEALDAD...


La película “Freaks” –“La parada de los monstruos” en España, “Fenómenos” en Hispanoamérica- es una cinta estadounidense de 1932, dirigida por Tod Browning. En 1931 el director había alcanzado un gran éxito con Drácula. Decidió volver a la Metro-Goldwyn-Mayer, en donde su amigo Harry Earles, un enano alemán, le sugirió la idea de adaptar el cuento de Tod Robbins, “Espuelas” -Spurs-, acerca de la venganza de un enano, artista de circo, hacia la trapecista que intentó quedarse con su dinero casándose con él.

La película fue un completo desastre de taquilla y público en su época. En cierta medida supuso el inicio del declive de su director, Tod Browning, ya que Freaks horrorizó a los directivos de la Metro, a todos menos a Irving Talberg que la defendió con pasión tratando de evitar males mayores a Browning. La incomprensión hacia esta obra maestra vio su fin en los años 60 tras un pase especial que se llevó a cabo en el Festival de Cine de Venecia, evento que hizo redescubrir la excepcional película a toda una generación, ahora sí, preparada para entender y admirar toda su dimensión.

Su amigo interpretó el papel de Hans, el enano, y Tod Browning amplió el número de intérpretes que desfilarían en la pantalla hasta convertirlos en los verdaderos protagonistas, simplemente mostrando en escenas cotidianas su forma de vivir. Durante muchos años esta película estuvo prohibida en el Reino Unido, y las reposiciones desde que al poco de estrenarse se pudieron ver fueron muy escasas incluso en los Estados Unidos.

Hoy es un clásico de culto, pero en su tiempo fue considerada repugnante, y el público obligó a que fuera retirada de las pantallas.

La película fue interpretada por personas con deformidades físicas reales, incluso con padecimientos mentales. No se utilizaron efectos especiales de maquillaje, excepto en una breve escena al final de la película.

Esta versión cinematográfica de Espuelas toma de su argumento original tan sólo la relación entre Hans y la trapecista, y se centra más en el ambiente que rodea a los personajes principales. La historia de la caída y venganza del enano burlado está mezclada con la extraña vida de sus compañeros de circo hasta convertirse su vida interior y sus relaciones con los demás en el verdadero argumento de la película.

Es destacable la figura de grupo que intenta reflejar el director en las relaciones internas de los fenómenos de circo, que forma el verdadero trasfondo de la película: al principio explican que tienen un código que consiste en que el dañar a uno dañará a todos los demás. En la escena de la boda los fenómenos aceptan a la trapecista en su círculo interno: se convierte en "uno de los nuestros".

Cuando se dan cuenta del engaño hacia su compañero Hans, su venganza hará literal ese título. Y esta parte es la única justificación de la calificación de esta película como perteneciente al género de terror.

Me llena de orgullo que Tod Browning incluyera entre sus "Freaks" a un tartamudo, lo mismo que yo. Todo un honor para aquellos que nos sentimos diferentes al resto -y no precisamente por la disfemia, claro-.

Carmugón.

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